Finalizando el mes de enero, se pone a prueba mantener esos propósitos que habíamos fijado a comienzos de este 2019. Entre ellos seguro que están los de adelgazar o simplemente mantener un estilo de vida saludable marcado por el incremento de alimentos ecológicos y frescos.
Cada vez resulta más difícil luchar contra una sociedad donde casi el 80% de los alimentos se consideran procesados. Los alimentos procesados son aquellos que comportan cualquier elaboración en la industria alimentaria, en definitiva, los no frescos.
Entre ellos podemos destacar bebidas azucaradas, patatas fritas, pizzas, galletas, bollería… y todo tipo de comidas reelaborada. Por desgracia, cada vez en mayor medida, forman parte para muchos consumidores de su mayor porcentaje dentro de la dieta diaria. Los expertos consideran una parte importante de los problemas de obesidad y sobrepeso que tienen las sociedades desarrolladas como la nuestra viene provocada por este consumo excesivo de productos procesados.
¿Qué son los alimentos procesados?
Dentro de los alimentos procesados encontramos una amplia variedad, algunos son considerados procesados buenos, pues cuentan con 3 o menos ingredientes y su proceso de transformación es reducido y poco perjudicial, como puede ser el queso fresco, los yogures desnatados, la pasta integral o con harina de legumbres. Pero por otro lado, existen algunos tipos de alimentos procesados con 5 o más ingredientes que pertenecen al grupo de lo más perjudiciales (muy procesados y altamente procesados). Este grupo de alimentos son aptos para el consumo inmediato, y están sometidos a un alto nivel de procesamiento. Por ejemplo, las galletas, los dulces, las patatas chips, los cereales y otros platos listos para introducir en el microondas, freidora o el horno como las pizzas congeladas, los fritos congelados o las lasañas.
Resultan a primera vista muy atractivos pues ofrecen ventajas tales como rapidez y economicidad, pero a la larga son perjudiciales, favorecen la obesidad y los problemas digestivos y transitorios.
Con esta información no queremos decir que se deba eliminar drásticamente el consumo de alimentos procesados, pero si es cierto, que en una alimentación equilibrada y saludable, alimentos frescos y no procesados como las verduras, frutas, y frutos secos deben adquirir una importancia real y por consiguiente establecerse en un primero plano. Siendo el empleo de alimentos procesados menos relevante y utilizarlos como complemento y no como base.
¿Por qué se llaman ‘ecológicos’?
Dentro del grupo de los alimentos frescos y no procesados, recomendamos los productos ecológicos. Hoy en día cada vez más, una tienda de alimentación ecológica adquire mayor importancia como punto de referencia para una alimentación saludable.
Para que estos productos tengan la consideración de alimento ecológico, su obtención debe basarse en unas prácticas amables con el medio ambiente, que minimicen el impacto humano, y sean producidos de la manera más natural. Para conseguirlo, los agricultores y ganaderos suelen seguir ciertas prácticas ecológicas habituales, como la rotación de cultivos, la limitación del uso de pesticidas sintéticos y antibióticos para el ganado, prohibición del uso de transgénicos. En definitiva, la agricultura ecológica es un sistema de producción agrícola que proporciona al consumidor alimentos frescos, sabrosos y auténticos al tiempo que respeta los ciclos vitales de los sistemas naturales. Por lo que mantener un equilibrio entre salud personal y medioambiental es posible.
Las estadísticas muestran que cada vez más consumidores apuestan por tiendas de alimentación ecológicas a la hora de hacer sus compras, buscando las etiquetas de certificación y encontrando cada vez más alimentos en los estantes de los supermercados.
Diversos estudios recopilados por la Unión Europea muestran que el consumo de productos ecológicos crece 15% cada año. Lo que ha generado que actualmente más del 5% de la población compre productos ecológicos de forma frecuente y las incluya en su alimentación diaria.
Por tanto y como conclusión debemos evitar en la medida de lo posible el uso excesivo de alimentos procesados. Los alimentos frescos y en concreto los alimentos ecológicos deben ser la base de nuestra alimentación
- Porque son saludables
- Porque no contienen pesticidas
- Porque no contienen antibióticos
- Porque son sostenibles con el medio ambiente
- Porque tienen máximos niveles de calidad
- Son respetuosos con el bienestar animal
- Porque son respetuosos con la naturaleza
- Porque son más sabrosos
¿Necesitas más razones para su consumo? ¡Comienza el cambio ya!
